Si tuviera que describir Alas de sangre en una sola palabra, sería: adictiva. Y no solo por la trama llena de acción y magia, sino porque es el tipo de historia que no puedes dejar de pensar después de haberla cerrado. Desde el momento en que comencé a leer, me sentí completamente absorbida por el mundo que Rebecca Yarros ha creado. Es un universo duro, donde cada paso puede ser el último, donde los dragones son más que una criatura mitológica y donde los sentimientos de los personajes te desgarran el alma.
Además, la autora tiene una manera tan brillante de mezclar acción, amistad, lealtades rotas y secretos oscuros que no puedes evitar querer saber qué va a pasar a continuación. Es el tipo de libro que te hace decir "solo un capítulo más", y cuando te das cuenta, ya has leído medio libro en una noche.
Alas de sangre es solo el primer libro de una trilogía, y déjame decirte que, después de leer este primer tomo, estoy completamente enganchada y deseando devorar los siguientes. Sabes que una saga es especial cuando te deja con esa sensación de querer saber más, de no querer dejar ir a los personajes, de estar emocionalmente invertido en su destino. ¡Y vaya que este libro lo logra!
En resumen, Alas de sangre es un viaje emocional que te deja con la necesidad de seguir leyendo y descubrir qué más le depara a estos personajes tan complejos y a su mundo tan fascinante. Si aún no lo has leído, ¿qué estás esperando?